En un comunicado difundido en su sitio web, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) anunció un acuerdo por el cual British American Tobacco (BAT), una de las tabacaleras más grandes del mundo, pagará más de $629 millones de dólares de multa para resolver cargos por fraude bancario y violación al paquete de sanciones impuestas a Corea del Norte.
BAT arribó a un «deferred prosecution agreement» en relación con los cargos, mientras que su filial singapurense, BAT Marketing Singapore, se declaró culpable ante una corte criminal del Distrito de Columbia.
Una conspiración de alto nivel
Según otro comunicado publicado por la OFAC, los incumplimientos habrían surgido luego de que altos directivos de la tabacalera pergeñaran un complejo plan para evadir las sanciones a Corea del Norte.
La operativa habría iniciado con la publicación de un comunicado de prensa en 2007 por el cual BAT anunció que vendía a una tercera empresa la participación que mantenía a través de su filial singapurense en una «Joint Venture» basada en Corea del Norte, creada en 2001 con el objeto de vender sus productos en ese país.
Los términos en que se produjo la venta (que se concretó por el valor simbólico de un euro), permitieron a BAT seguir manteniendo el control absoluto de la Joint Venture. De esta manera, luego de la desinversión, BAT siguió vendiendo tabaco a Corea del Norte a través de la tercera empresa, quién en última instancia transfería a la tabacalera inglesa los pagos que recibía por las operaciones en el país sancionado.
Utilización de sociedades pantalla y la embajada de Corea del Norte en Singapur
La operativa, que se perpetró entre 2007 y 2016, involucró la utilización de sociedades pantallas y múltiples traspasos de los fondos, inclusive a través de instituciones financieras chinas, a efectos de ocultar a los bancos norteamericanos que procesaban los pagos que estos provenían en última instancia de bancos norcoreanos sancionados.
Los pagos recibidos por BAT indirectamente de compañías norcoreanas por la venta de sus productos ascendieron aproximadamente a $428 millones de dólares.
La operativa finalizó en 2016 debido al fuerte incremento de las sanciones de la comunidad internacional contra Corea del Norte, impuestas en gran medida para impedir el desarrollo por parte del régimen norcoreano de armas nucleares de destrucción masiva.
El mismo comunicado de la OFAC señala que una vez finalizada la compleja operativa descripta anteriormente, la tabacalera sancionada continuó la violación al régimen de sanciones impuesto a Corea del Norte mediante la venta de cigarrillos a la Embajada norcoreana en Singapur durante el 2017.
Oportunidades de aprendizaje: total inexistencia de una cultura ética en los mandos directivos.
A su vez, la OFAC resaltó que toda esta trama no habría sido posible sin la participación activa de los altos directivos de BAT en el diseño y ejecución de la operativa para la violación de las sanciones impuestas a Corea del Norte.
Esta es una diferencia esencial con los hechos que motivaron la sanción impuesta a Microsoft por el mismo organismo hace poco menos de un mes, que derivaron de inconsistencias en el programa de cumplimiento de sanciones de la tecnológica, luego aprovechadas por empleados de menor rango de su filial Rusa para vender software a sujetos sancionados, y no de una participación voluntaria de altos directivos.
Igualmente, la OFAC señala el riesgo que genera para las compañías crear una aparente «distancia» entre la matriz y las conductas ilegales llevadas a cabo por sus filiales. Ilusión que al final no exime de su responsabilidad a la firma controlante, sino todo lo contrario.